La liposucción es la técnica utilizada para extraer acúmulos grasos localizados en distintas partes del cuerpo: cartucheras, abdomen, espalda, flancos…, mediante la introducción de una cánula conectada a una máquina de vacío.
Las cánulas son muy finas y se introducen a través de pequeñas incisiones en la piel, que dejan una cicatriz prácticamente inapreciable a simple vista.
Se realiza en un centro hospitalario, bajo anestesia local más sedación, epidural o anestesia general.
El tiempo quirúrgico estimado es de 2-3 horas.
La paciente regresa a casa a las pocas horas de la cirugía (de 2 a 4 horas), dependiendo del volumen de las zonas a tratar, y podrá retomar sus actividades habituales al cabo de 2 ó 3 días.
El postoperatorio en su conjunto se tolera fácilmente, ya que las molestias ocasionadas por la intervención no son importantes. No obstante, en las semanas posteriores a la intervención, la zona tratada sufre cierta inflamación, que se va reduciendo paulatinamente, para desaparecer al tercer mes.
Se colocará una faja, medias o vendaje elástico durante 3 semanas sobre la zona tratada para controlar la hinchazón y para ayudar a la piel a adaptarse al nuevo contorno. Deberá someterse a drenajes linfáticos para eliminar el edema post-operatorio.
Las cicatrices de la liposucción son mínimas y se sitúan estratégicamente.
El resultado es excelente desde el primer momento, ya que la grasa desaparece durante la propia sesión quirúrgica. El resultado final se apreciará a partir del 4º mes.